Zuhair Murad presentó una amplia gama de ropa de día, que consta de pantalones vaqueros, capas, boleros, shorts, vestidos, “trench coats” de piel, todos audazmente bordados con ramitas florales multicolores en combinación con pantalones de color blanco o negro con bordados en tono sobre tono.

Vestidos con cauda en forma de tulipán, tops esculpidos cubiertos de bordados multicolores con accesorios de inspiración animal fueron una tendencia recurrente en la colección que contrastaba con un fondo selvático  resaltando los motivos que aportaron frescura a las piezas y que forman parte de una fusión en donde los monos asimétricos y los vestidos de encaje y macramé degrade hacían referencia al trabajo del fotógrafo David Hamilton y el pintor Henri Rousseau, bohemios que sirvieron de inspiración para el uso de los colores pastel en las batas y pantalones palazzo, mientras que los bordados vibrantes de la flora y fauna tropical son una señal a las escenas tropicales de Rousseau.

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